lunes, 27 de septiembre de 2010

Aquí Está el Campeón

Estudiantes de la Plata es un equipo con mucha historia, tetracampeón de la copa libertadores y campeón intercontinental, el equipo de camiseta blanca y roja tiene sus vitrinas muy nutridas. La mayoría de sus títulos los gano al fin de la década del sesenta donde se alzo con tres libertadores (1968, 1969, 1970) y una copa intercontinental (1968). El equipo no brillaba pero era práctico, su arquitectura se montaba sobre una férrea defensa, en la cual brillaban Bilardo y Madero y en un ataque muy práctico que contaba con la colaboración de un tal Juan Ramón Verón. La Bruja era única, tenía pegada, pique, picardía y gambeta pero por sobre todas las cosas tenía gol. Así fue que Estudiantes empezó a escribir su historia, utilizando un futbol práctico y una idea que todos abocaban, con la mentalidad ganadora del técnico Zubeldia y la predisposición de once voluntades de volcarse hacia el mismo lado, el equipo platense conquisto América y el mundo. En los setenta el equipo volvió a la normalidad, no hubo más brillo internacional y solo se rozaron algunos campeonatos a los cuales no se los alcanzo por pocos puntos. En la década de los ochenta el brillo en el ámbito local volvió a resplandecer, Estudiantes Triunfo en el Metropolitano de 1982 de la mano de Carlos Salvador Bilardo y luego obtuvo el nacional de 1983 bajo la dirección de Eduardo Lujan Manera. Al margen de la categoría del plantel, el equipo de estudiantes seguía fiel a su librito del pragmatismo, los partidos se ganan y no se merecen y a esto le apuntaba Estudiantes.
La década de los noventa llego con lágrima y dolor, el equipo descendió por segunda vez en su historia y tuvo que soportar las cargadas de los hinchas de Gimnasia de la Plata. Lo peor de todo es que el momento de tristeza de Estudiantes justamente coexisistía con una época brillante de Gimnasia, que se establecía como un equipo fuerte bajo la dirección de Timoteo Griguol. El equipo regreso a la primera división de la mano de la dupla técnica conformada por Russo y Manera. En cancha se vivía una potente renovación y en el equipo debutaba un tal Juan Sebastián Verón. Al igual que su padre, la brujita también utilizo la número once, más lento y menos pícaro, el hijo es más inteligente y entiende el juego mejor que el padre. Luego de unos pocos partidos, el talento de este nuevo número once no pudo ser mantenido en la plata. La Brujita se fue un semestre a Boca y luego una decena de años a Europa. En el 2006, con mucha plata y poca gloria decidió emprender el regreso al club de sus amores.
Es probable que Juan Sebastián Verón sea el mayor ídolo de la historia de Estudiantes. Inteligente, visionario, poseedor de una excelente pegada y con una envidiable voz de mando, el nuevo número once obtuvo dos títulos en su nueva época en Estudiantes. El primero fue casi al bajar del avión, el apertura 2006 parecía designado para el Boca del Coco Basile, el cual demolía a sus rivales. Sin embargo a Basile lo llamaron de la AFA y su violín (apodo que le había dado a sus boys luego del tsunamico 7-1 que el equipo le propino a San Lorenzo) desafino bajo el brazo poco firme del Bigotón Lavolpe. El equipo de la plata remo desde atrás y logro el titulo en un partido de desempate en la cancha de Vélez. El partido fue agónico y difícil para los entonces dirigidos por Diego Pablo Simeone, empezaron en desventaja pero luego lograron igualar y finalmente dieron vuelta el resultado. En el partido mostraron nuevamente su carta más conocida, el pragmatismo, como todo equipo practico, no se desesperaron cuando estuvieron en desventaja y supieron doblegar a su rival.
El 2007 y el 2008 se vivieron con cambios de entrenadores e idas y venidas de jugadores, el equipo de la plata buscaba reconstruir su identidad luego de perder a sus dos goleadores (Pavone y Calderón) y su fantasista (José Sosa). En este periodo de pruebas fue que el plantel encontró su composición más fuerte. Verón se dio cuenta de que no podía jugar más por las bandas ni tampoco de enganche, por esto opto por sumarse al mediocampo como doble cinco, junto con el juega el aguerrido y brillante Rodrigo Braña. Por la derecha Enzo Pérez encontró su lugar mientras por la izquierda se ubico Benítez. Estos cuatro jugadores pueden jugar vendados y no se notaria, el conocimiento que hay entre ellos es al mismo tiempo abrumador e inspirador. A partir de estos cuatro hombres Estudiantes encontró cuidado de balón y cambio de ritmo para poder sorprender al rival. Con el mediocampo listo, pocas piezas faltaban para establecer un equipo casi invencible. En el arco ya estaba Mariano Andújar que iba creciendo año tras año, al igual que Angeleri, Desabato Y Re. Tanto los dueños como los entrenadores se daban cuenta que lo que había que mejorar era la delantera. Las llegadas de Gastón Fernández y Mauro Boselli a mediados del año 2008 le dieron al club la potencia ofensiva necesaria. Con la nuevas armas el equipo salió subcampeón de la copa Sudamérica 2008(casi logran el milagro en tierra brasilera) y campeón de la libertadores 2009. Si ustedes se preguntan cuáles eran las armas principales del equipo, la respuesta es fácil, el orden defensivo, la solidez del conjunto y la potencia ofensiva. Estudiantes gana los partidos; los merecimientos son para los que buscan escusas parecen decir lo ahora hombres de Sabella. Lo hace a través de una defensa solida, de un mediocampo de ensueño y de una delantera efectiva, así lo hizo a través de su historia y así lo pudo hacer en la copa libertadores 2009.
En el 2010 no pudo con el Internacional en la copa y el leve descuido en el torneo local lo dejo sin el pan y sin la torta. El comienzo del segundo bimestre lo encontró como en el 2008, solido en defensa y con un mediocampo interesante, sin embargo le faltan opciones ofensivas. Gastón Fernández está recuperándose al igual que Hernán Rodrigo López, con ellos relegados solo quedan Michael Hoyos y Leandro González, ninguno de ello es delantero de área y Estudiantes lo siente. Lo sintió en la interamericana, en la cual la falta de contundencia le costó la caída ante la liga de Quito, y lo sintió en la derrota por la primera rueda de la sudamericana ante Newell´s.
Con el ánimo herido, el sábado borro a Boca de la cancha pero solo pudo ganarle uno a cero. Sin embargo, este equipo que forjo su historia en el pragmatismo va a encontrarle la vuelta y va a alimentar sus fauces gloriosas con un titulo local, un titulo que a este club cosmopolita no le interesa tanto, pero la gente practica al fin y al cabo siempre se conforma con ganar, no importa cual trofeo, no importa en cual momento, solo importa que el resultado sea el satisfactorio.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Maga

A mediados de los años 60 Julio Cortázar publico Rayuela. La obra era una revolución y marco a fuego la huella dejada por los autores del boom latinoamericano (junto con Cortázar se encontraban García Márquez, Vargas Llosa y Carlos Fuentes). El personaje principal de la novela era Olivera, pero la más importante de la novela era La Maga. La Maga es la obsesión lúdica de Olivera, es ella la que ilumina las calles de Paris en la diáspora y también es ella la que condimenta la vida en la Argentina. Sin La Maga la novela de Cortázar no podría ser comenzada en cualquier lugar, sin este gran personaje femenino una de las grandes novelas latinoamericanas no hubiese existido. Hoy en la Argentina hay otra maga, no es de papel pero es igual de imprescindible e indescifrable que la que se gesto en las páginas de Cortázar. Esta maga de carne y hueso lleva un número ocho en su espalda y un palo de hockey en las manos. Se llama Luciana Aymar y tiene 33 años, probablemente este sea su último mundial y tiene la suerte de que se juegue en su ciudad natal.
Aymar comenzó a jugar al Hockey de pequeña, primero lo hizo en el club Fisherton donde su plan se centraba plenamente en la diversión. Aymar iba a la escuela pública con gente normal pero luego paso a una escuela privada y católica. También paso del club Fisherton al Jockey Club, el traspaso de ser una más entre la gente de clase media a ser la distinta afecto su juego y fomento su rebeldía. De pasar la pelota y jugar solo por diversión, paso a ser una chica que jugaba sola en un deporte colectivo. Ella, la bocha y el palo convivían en un mismo universo, con el tiempo Aymar pasaría de ser una individualista a ser la mejor jugadora del mundo. El principal culpable fue Sergio Cachito Vigil, que supo moldear a su jugadora para que esta fuera solidaria y buena compañera. Aymar entendió el mensaje luego de derramar lágrimas y quejas por muchos años. De a poco, se fue convirtiendo en el punto más alto de la selección Argentina. La oriunda de Rosario llego a la selección en 1998, odiaba tener que viajar a Buenos Aires para entrenar y sufría el poco prospecto económico que le proporcionaba el Hockey. Sin embargo persevero, en los olímpicos de Sídney alterno titularidad pero un año después ya fue número puesto. Figura imponente en el oro en Perth, su rol en la ofensiva se fue agigantando con los retiros de Masotta y Onetto.
Hoy Aymar no es más esa chica individualista que odiaba entrenar en buenos Aires y que dudaba del rédito que le podía dar el hockey. Aymar es la mejor jugadora de la historia del hockey. A sus 33 años, está dando sus últimos grandes retazos en el lienzo enorme que su talento le dejo pintar en el Hockey femenino. Ayer tuvo otra chance de dejar un trazo en la memoria de los argentinos. Las coreanas habían bloqueado a Aymar, que viéndose doble marcada había intentado en varias oportunidades encontrarse con Sole García para descomponer la férrea marca. La jugada estaba ahí pero no salía, las chicas intentaban pero el gol no llegaba, hasta que las coreanas perdieron un segundo la concentración y Aymar se escapo de tres marcas, corrió esa diagonal letal y tiro el centro, Carla Rebechi la quiso empujar pero la arquera Coreana dio rebote, ni lenta ni perezosa la número once tuvo unos reflejos de lince y tomo el rebote para convertir. Luego el partido siguió su curso, Argentina Sufrió pero Belén Succhi, Mariela Scarone y Carla Burkart supieron aguantar la embestida roja. Fue un triunfo difícil para mantener el primer lugar del grupo.
Ayer Aymar no fue la mejor jugadora del equipo, ni siquiera fue su mejor expresión en ataque (distinción que le correspondió a la inquieta y picante Sole García); sin embargo la número ocho se las arreglo para dibujar la asistencia que termino en el gol de Rebechi. Así como La Maga que se desprendió del papel de Rayuela hace más de cuarenta años para quedar impregnada en la mente de todos los lectores, Luciana Aymar se desprende de todas las ataduras para dejar su huella en cada partido. Igual que el personaje de Rayuela, Aymar es indescifrable e indispensable, por eso en el mundo del hockey la llaman La Maga.