miércoles, 1 de septiembre de 2010

Maga

A mediados de los años 60 Julio Cortázar publico Rayuela. La obra era una revolución y marco a fuego la huella dejada por los autores del boom latinoamericano (junto con Cortázar se encontraban García Márquez, Vargas Llosa y Carlos Fuentes). El personaje principal de la novela era Olivera, pero la más importante de la novela era La Maga. La Maga es la obsesión lúdica de Olivera, es ella la que ilumina las calles de Paris en la diáspora y también es ella la que condimenta la vida en la Argentina. Sin La Maga la novela de Cortázar no podría ser comenzada en cualquier lugar, sin este gran personaje femenino una de las grandes novelas latinoamericanas no hubiese existido. Hoy en la Argentina hay otra maga, no es de papel pero es igual de imprescindible e indescifrable que la que se gesto en las páginas de Cortázar. Esta maga de carne y hueso lleva un número ocho en su espalda y un palo de hockey en las manos. Se llama Luciana Aymar y tiene 33 años, probablemente este sea su último mundial y tiene la suerte de que se juegue en su ciudad natal.
Aymar comenzó a jugar al Hockey de pequeña, primero lo hizo en el club Fisherton donde su plan se centraba plenamente en la diversión. Aymar iba a la escuela pública con gente normal pero luego paso a una escuela privada y católica. También paso del club Fisherton al Jockey Club, el traspaso de ser una más entre la gente de clase media a ser la distinta afecto su juego y fomento su rebeldía. De pasar la pelota y jugar solo por diversión, paso a ser una chica que jugaba sola en un deporte colectivo. Ella, la bocha y el palo convivían en un mismo universo, con el tiempo Aymar pasaría de ser una individualista a ser la mejor jugadora del mundo. El principal culpable fue Sergio Cachito Vigil, que supo moldear a su jugadora para que esta fuera solidaria y buena compañera. Aymar entendió el mensaje luego de derramar lágrimas y quejas por muchos años. De a poco, se fue convirtiendo en el punto más alto de la selección Argentina. La oriunda de Rosario llego a la selección en 1998, odiaba tener que viajar a Buenos Aires para entrenar y sufría el poco prospecto económico que le proporcionaba el Hockey. Sin embargo persevero, en los olímpicos de Sídney alterno titularidad pero un año después ya fue número puesto. Figura imponente en el oro en Perth, su rol en la ofensiva se fue agigantando con los retiros de Masotta y Onetto.
Hoy Aymar no es más esa chica individualista que odiaba entrenar en buenos Aires y que dudaba del rédito que le podía dar el hockey. Aymar es la mejor jugadora de la historia del hockey. A sus 33 años, está dando sus últimos grandes retazos en el lienzo enorme que su talento le dejo pintar en el Hockey femenino. Ayer tuvo otra chance de dejar un trazo en la memoria de los argentinos. Las coreanas habían bloqueado a Aymar, que viéndose doble marcada había intentado en varias oportunidades encontrarse con Sole García para descomponer la férrea marca. La jugada estaba ahí pero no salía, las chicas intentaban pero el gol no llegaba, hasta que las coreanas perdieron un segundo la concentración y Aymar se escapo de tres marcas, corrió esa diagonal letal y tiro el centro, Carla Rebechi la quiso empujar pero la arquera Coreana dio rebote, ni lenta ni perezosa la número once tuvo unos reflejos de lince y tomo el rebote para convertir. Luego el partido siguió su curso, Argentina Sufrió pero Belén Succhi, Mariela Scarone y Carla Burkart supieron aguantar la embestida roja. Fue un triunfo difícil para mantener el primer lugar del grupo.
Ayer Aymar no fue la mejor jugadora del equipo, ni siquiera fue su mejor expresión en ataque (distinción que le correspondió a la inquieta y picante Sole García); sin embargo la número ocho se las arreglo para dibujar la asistencia que termino en el gol de Rebechi. Así como La Maga que se desprendió del papel de Rayuela hace más de cuarenta años para quedar impregnada en la mente de todos los lectores, Luciana Aymar se desprende de todas las ataduras para dejar su huella en cada partido. Igual que el personaje de Rayuela, Aymar es indescifrable e indispensable, por eso en el mundo del hockey la llaman La Maga.

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