jueves, 26 de agosto de 2010

Ejemplo de Primera Plana

El Hockey y el Rugby fueron históricamente vistos con la misma lupa en la Argentina mega futbolera. Los dos deportes se veían como actividades de gente bien y por lo tanto prohibitivos para el hombre común. Además de las dificultades económicas y de pertenencia, tanto el Rugby como el Hockey representaban una dificultad en la comprensión para el hombre común. La tendencia comenzó a cambiar hace una década. El equipo nacional de Rugby hizo historia en Gales y muchos se raparon la cabellera para imitar al viril Diego Albanese, luego se arrepintieron por el frio. El entusiasmo por el hockey femenino comenzó en los juegos olímpicos de Sídney 2000. Allí, al otro lado del mundo, un grupo de aproximadamente 15 chicas salió de la nada y se volvió a la argentina con una medalla de plata. Habían dado indicios de que se venía algo grande ya en el mundial de 1998, allí todavía eran meramente el seleccionado nacional de Hockey femenino. En ese torneo empezó a jugar Aymar, una chica flaca, alta, bella como casi todas sus compañeras y con un dominio de balón solo comparable a su visión de juego. Aymar en ese momento no era lo que es hoy, tampoco se lo exigían sus compañeras. El equipo que salió cuarto en Holanda y segundo en Sídney tenía líderes de antaño. Mientras Rognoni y Aicega eran el soporte de una línea defensiva que podía desdoblarse y pasar de ser cuatro a tres en cualquier momento, la parte ofensiva era coordinada por Karina Massota y Vanina Onetto. Massota era la mayor del plantel pero eso le ameritaba respeto y voz de mando, además su hockey era mágico. Onetto era una goleadora implacable y Aymar estaba empezando a encontrar su lugar en el equipo. Con esta fórmula de solidez defensiva y contundencia ofensiva las leonas lograron la plata olímpica. Se lamento un poco que el oro no fuese el resultado final. Sin embargo, el equipo argentino de hockey femenino dejo Australia con mucha más que una presea de plata. El equipo ahora tenía una identidad, el conjunto comandado por Vigil ya tenía identidad de Leonas. A partir de este momento, tenían la tarea de seguir escribiendo una página importante en el deporte Argentino.
Así lo hicieron, en el mundial del 2002 se alzaron con el primer puesto en Perth. A las leonas les gustaba Australia y la tierra de los canguros les dejaba títulos. El equipo de Perth fue el que comenzó a marcar la renovación, mientras que la capitanía del grupo estaba a cargo de Aicega. La capitanía del juego estaba a cargo de Aymar, cada vez más afianzada con esa musculosa número ocho, Aymar se impuso como brújula y compas de todo el juego de las leonas. Versátil, todo campista y una genia con el palo, la oriunda de Rosario juega en cualquier posición del medio campo, puede jugar por los costados o por el medio, como doble cinco o como enlace natural para las delanteras. Además de su dominio en corto, su arma letal es el manejo cruzado, las rivales se han cansado de tener que intentar parar esos arranques que la número ocho hace de derecha a izquierda. Aymar no es únicamente la mejor jugadora de las leonas, también es la mejor jugadora del mundo y por si esto fuera poco a comienzos de este año la nombraron la mejor jugadora de todos los tiempos. Esto se dio gracias a su sexto coronamiento como mejor jugadora del planeta, el carácter único de este nombramiento la posiciono como la mejor jugadora de todos los tiempos. Pero no solo de Lucianas viven las leonas.
Para entender a las leonas primero hay que entender a su técnico fundacional. Sergio Cachito Vigil fue un buen jugador de Hockey masculino, también fue un buen técnico de esta disciplina. Sin embargo el punto más álgido de su carrera llego como técnico de las leonas. Vigil fue el responsable de darle una identidad al equipo, esa identidad fue otorgada a través de una filosofía simple pero efectiva. Para Vigil importaba no solo ganar pero ganar de forma honrada y honesta, le importaba no tomar ventaja y no aprovecharse de las ventajas no-deportivas (una vez corrigió a un réferi que convalido una gol de la selección nacional que no fue). Las pupilas de Vigil siguieron este ideal hasta las últimas consecuencias y no se entregaron ni al exitismo ni al resultad ismo. Resolutas en su juego, el grupo argentino siempre trata de ser protagonista, corre riesgos, pierde algunas veces pero gana mucho más. En los diez años de su existencia, las leonas ganaron: un mundial, una medalla de plata, dos medallas de bronce, cuatro trofeos de campeones, dos medallas de oro en los juegos panamericanos y dos oros más en la copa panamericana. 12 títulos mayores y esperanzas y buenos resultados en las infantiles es el saldo que hoy tienen las leonas. Sin embargo estas chicas no se amedrentan y van por más. El próximo domingo iniciaran en Rosario su búsqueda de otro mundial. El primer partido es contra Sudáfrica y el País las estará viendo.
En el banco para dirigirlas se sentara el joven Carlos Retegui, quien es un gran motivador y sabe construir sobre los sólidos pilares montados por Vigil. En la cancha ya no están las leonas de antaño, del equipo que comenzó a vestir una leona en la camiseta solo queda Aymar, ella misma es consciente de que estos pueden ser sus últimos momentos y quiere aprovecharlos. El esfuerzo de sus compañeras y su entrenador van a ser vitales para que el cerebro de la selección este tranquila. Es cierto que el equipo tiene en Aymar a su arma más peligrosa, sin embargo no solo a partir de la magia se cosechan títulos. Belén Suchi es una arquera temeraria con reflejos de oro, es una chica calma que sabe aceptar la presión. La jugadora más importante de la defensa es curiosamente la goleadora del equipo, esta chica de bíceps potentes y un certero tiro de arrastrada es Noel Barrionuevo. Junto con su potencia goleadora, Barrionuevo tiene anticipo, velocidad, voz de mando y se sabe ubicar muy bien. En el Medio campo junto con Aymar muchas veces domina Marine Russo y en otros momentos el tempo lo lleva Scarone. Arriba la tónica es simple, la velocísima y picante Sole García le agrega baile a su estilo aguerrido y potente por un lado, mientras que por el otro aparece Carla Rebechi quien tiene poder de gol y un muy buen tiro cruzado. Con estas armas se preparan las leonas para seguir escribiendo historia.
Al margen de todas las virtudes que nombramos, las Leonas siguen siendo una consideración importante para pocos argentinos, se las sigue durante un mundial, se las observa en los olímpicos y luego se las olvida. Están siempre en el tintero como muestra de amor al deporte pero no mucho más. Esto se debe acabar, el ejemplo de las Leonas tiene que ser constante, no solo para el deporte pero también para la vida diaria. La filosofía de que las formas importan y de que el resultadismo es traidor debe ser adoptada firmemente, el accionar honesto y sin prejuicios debe ser aprendido y mantenido. En fin, esperemos que la llama que comenzaran a encender estas leonas el próximo domingo quede prendida muchos después que las otras delegaciones abandonen el césped de Rosario.

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